No podemos controlar las circunstancias que se nos presentan.
A veces nos sentimos estar a merced de lo que nos sucede,
sin poder hacer demasiado porque sea distinto.
Lo que sí podemos cambiar son nuestras reacciones
ante lo que nos pasa, y esto modificará no sólo nuestro presente,
sino también nuestro futuro. Muchas de las cosas y de los hechos que nos parecen desfavorables,
con el tiempo, vemos que fueron importantes en nuestra vida:
para nuestro crecimiento, para irnos de aquel trabajo y
conseguir uno mejor, para separarnos de esa pareja (o de esa amistad)
que nada bien nos hacía.
El proceso puede ser difícil y doloroso, pero hoy, a la distancia,
entendemos que fueron puntos importantes para nuestro
crecimiento personal, y para seguir avanzando en nuestra vida.
Nuestra actitud es la que define si nos sentiremos bien o mal
en el día de hoy.
Podemos quejarnos y aferrarnos a creencias estériles, tales como:
¡Me pasa siempre lo mismo! Tengo mala suerte. Ningún hombre (o mujer) es confiable. Sin dolor no se gana nada. Soy torpe y todo me sale mal. Es imposible disfrutar del trabajo.
Todos estos pensamientos limitantes ejercen más influencia en ti
de lo que puedas llegar a imaginar.
Si esto crees, esto generarás alrededor tuyo.
Si piensas en cosas bonitas y positivas, eso es lo que atraerás a tu vida.
Todos los pensamientos que has tenido hasta ahora, han creado tu presente.
¡Imagina el poder con el que cuentas para modificar tu futuro, de ahora en adelante!
DA
|