Resignada por completo, no tengo remedio ni escapatoria, me sale el infierno.
Total que dicen que el infierno es malo mientras no te salen los cuernos y te pones rojo, una vez que te colocan los cuernos y te pones rojo, ya eres demonio y el infierno te sabe a gloria.
Es mucho el que está en el vaticano y ya tiene cuernos y está rojo, lo que pasa que se ponen el gorrito y la sotana y no se les nota, pero de que hay demonios en el vaticano los hay.
Justamente la semana pasada, hablábamos un grupo de amigos, vivíamos todos en un pueblito alejado de la ciudad, recordando viejos tiempos felices, tocamos un tema que es muy común y corriente entre nosotros.
En aquel pueblito en el cual viví 26 años de mi vida, tengo 54, no hubo cura que no preñara una jovencita, hay muchas mujeres allá que tienen 2 y 3 hijos de los "Bienaventurados sacerdotes".
Uno sólo fue digno de admiración, de resto, toditos tienen el trasero sucio.
AAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!! Se me olvidaba contarles.
En aquel pueblito no había Iglesia, teníamos una capilla. El pueblito fue creciendo y la capilla se hizo pequeñita, así que tuvimos que recoger para hacer la Iglesia, porque de paso, les encanta una Iglesia pero que la hagan los fieles, ellos se quedan con su dinero en el banco.
Hicimos de todo, verbenas, rifas, fiestas, vendimos todo lo que se puede vender y compramos todo lo que se puede comprar para reunir los fondos de construcción de la Iglesia.
El "Padre Julián" no se su apellido porque se los pondría aquí, aunque debe estar en el infierno, por la edad y con el favor de Dios o Dios mediante o Gracias a Dios, ya no creo que ande por estos valles de lágrimas, Amén.
Era el encargado de la tesorería.
Nadie mejor que un sacerdote para que se ocupe del Tesoro Celestial, ¿o no es así?. Y sin firmas conjuntas ni nada, todo en manos de los Representantes de Dios en la tierra.
Un día, el "Padre Julián" desapareció. Lo buscaron por todos lados, nada, desaparecido por completo.
A alguien se le ocurrió revisar la cuenta bancaria. Ni un centavo.
Una comisión bastante respetable de señoras y señores, incluyendo a mis abuelos, fueron a hablar con los Representantes Mayores del Señor aquí en la tierra y la respuesta fue:
EL PADRE JULIÁN SE FUE PARA ESPAÑA.
Hasta vendió el carro que le habían asignado, se robó todo, todo, todo.
Y allá en España se quedó.
Un vil ladronzuelo el tal Julián, que le decían sacerdote, padre, cura y no se cuantos títulos y halagos, se robó una cuantiosa cantidad de dinero que se había reunido para construir la iglesia.
¿Y ahora nos vienen con pecados informáticos?
Si como no, quien pudiera verlos a ellos pecando en internet.
Que se vayan ellos al infierno junto con las monjas, que de eso tengo un buen catálogo de cuentos.