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General: QUE SUCEDERA?
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De: mar luarca7 (Mensaje original) |
Enviado: 28/10/2011 08:41 |
Información GeneralSábado, 24 de septiembre de 2011
Como en múltiples ocasiones anteriores, los profetas de calamidades vuelven a pronosticar el momento fatídico. Ahora se trata del 11-11-11, o sea la combinación del mes 11 con el día 11 del año 11. Lo cual realmente no es 11, ya que el 2011 se convierte en 4 según la Numerología (2011 = 2 + 0 + 1 + 1 = 4, pues todos los números se reducen a una sola cifra al efectuar cálculos numerológicos).
Esta vez la historia se repite, como hace algunos meses un predicador octogenario de una secta cristiana alarmó a muchos anunciando que ese día "se acababa el mundo". Y por supuesto nada pasó.
En esta ocasión se asegura que será el choque del cometa Elenin contra la Tierra el que provocará la destrucción del planeta.
Pero el gran error que cometen muchos de los llamados "profetas de la catástrofe" es no ver el conjunto, sino particularizar en algo que les llame la atención y a partir de esa noción elaborar sus teorías. Éste es el problema clásico del llamado "fundamentalismo religioso", que toma al pie de la letra las escrituras de sus respectivas religiones sin darse cuenta el momento histórico en que fueron escritas. Y como en muchos casos hay metáforas y parábolas que son simplemente eso, y no hechos históricos.
El 11 de noviembre de 2011 llegará, y será otro día más. Aunque por supuesto todo llega a su fin, y la Tierra también lo hará en algún momento. Sin embargo, se calcula que esto ocurrirá de aquí a unos cuantos billones de años, como describe de forma magistral el desaparecido astrónomo y astrofísico Carl Sagan en su obra Cosmos:
"Dentro de varios miles de millones de años habrá un día perfecto. Entonces, a partir de un período de millones de años el Sol comenzará a hincharse, la Tierra se calentará, la mayoría de las formas de vida desaparecerán, el mar se retirará dejando libres las costas, los océanos comenzarán a evaporarse y la atmósfera escapará al espacio. A medida que el Sol avance hacia una gran estrella roja y gigantesca, la Tierra se secará, quedará árida, sin aire. Eventualmente el Sol tragará nuestro mundo y todo habrá acabado", afirmó en su momento Sagan.
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Sin embargo, estamos muy atareados para ocuparnos con las novedades que nos deparará 2012, cuando hemos empezado un sobrecogedor 2011. La regularidad ominosa del inaugural 1/1/11 pasó desapercibida aunque debió imponerse a las noticias del día, especialmente porque no se produjo ninguna. Y esa simetría agobiante se superará en noviembre, cuando se desplome sobre nosotros el estilizado 11/11/11. Pese a ello, la sociedad está más atemorizada por el cambio climático, que da mejor en las fotos. Occidente declina porque ya sólo cree en lo que ve, ha dejado de contar.
En armonía con nuestra historia reciente, el machacón 11/11/11 será proclamado el día de la alarma global de Al Qaeda. La regularidad numérica sólo obsesiona ya a los terroristas escatológicos –cuatro aviones en Estados Unidos, cuatro trenes en Madrid, cuatro vagones de metro en Londres–, que identifican la purificación con la simplificación. El resto del planeta se curó de las cifras ominosas cuando los ordenadores se empeñaron en seguir funcionando en 2000, pese a estar infectados con el virus del milenio. Aquel triunfo de la civilización desarrolló el espejismo de nuestra inmunidad, hipótesis reforzada tras el fiasco de la gripe A. Ya sólo bromeamos con las cifras que incluyen el dúo 69, aunque la proliferación de parejas que se dan la espalda vendría mejor simbolizada por el 96.
Pese a los precedentes fallidos, el viernes 11/11/11 emerge como un desafío. Su orgía capicúa empeora al juguetear con su composición. Por ejemplo, al multiplicar 111 por 111 se obtiene 12321. El producto de 1111 por 11 es 12221, y así sucesivamente.
Esta invasión de capicúas ha de tener por fuerza consecuencias perversas, nuestro último refugio es que la situación no puede empeorar. El mundo ha sobrevivido de momento a quienes se apresuraron a decretar su final, empezando por los simpáticos mayas, pero no menospreciemos nuestra perseverancia.
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Sin embargo, estamos muy atareados para ocuparnos con las novedades que nos deparará 2012, cuando hemos empezado un sobrecogedor 2011. La regularidad ominosa del inaugural 1/1/11 pasó desapercibida aunque debió imponerse a las noticias del día, especialmente porque no se produjo ninguna. Y esa simetría agobiante se superará en noviembre, cuando se desplome sobre nosotros el estilizado 11/11/11. Pese a ello, la sociedad está más atemorizada por el cambio climático, que da mejor en las fotos. Occidente declina porque ya sólo cree en lo que ve, ha dejado de contar.
En armonía con nuestra historia reciente, el machacón 11/11/11 será proclamado el día de la alarma global de Al Qaeda. La regularidad numérica sólo obsesiona ya a los terroristas escatológicos –cuatro aviones en Estados Unidos, cuatro trenes en Madrid, cuatro vagones de metro en Londres–, que identifican la purificación con la simplificación. El resto del planeta se curó de las cifras ominosas cuando los ordenadores se empeñaron en seguir funcionando en 2000, pese a estar infectados con el virus del milenio. Aquel triunfo de la civilización desarrolló el espejismo de nuestra inmunidad, hipótesis reforzada tras el fiasco de la gripe A. Ya sólo bromeamos con las cifras que incluyen el dúo 69, aunque la proliferación de parejas que se dan la espalda vendría mejor simbolizada por el 96.
Pese a los precedentes fallidos, el viernes 11/11/11 emerge como un desafío. Su orgía capicúa empeora al juguetear con su composición. Por ejemplo, al multiplicar 111 por 111 se obtiene 12321. El producto de 1111 por 11 es 12221, y así sucesivamente.
Esta invasión de capicúas ha de tener por fuerza consecuencias perversas, nuestro último refugio es que la situación no puede empeorar. El mundo ha sobrevivido de momento a quienes se apresuraron a decretar su final, empezando por los simpáticos mayas, pero no menospreciemos nuestra perseverancia.
MATÍAS VALLÉS http://www.laopinion.
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