GLOSA
Verde que te quiero verde
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Si yo subiera a tu color
de lengua rosa, tus ojos,
entonaría en el rubor
del escalón y sus trozos
carmesí de tarde burlón,
labios al nombre que debe
la cima de tu juventud;
y pincel mayor que bebe
como yo de tu infinitud
Verde que te quiero verde.
Tu tierra, amor, Guanajuato
Tus ojos son dos países
castaños modos, raíces
que imagino en arrebato.
Con sangre llenas los ratos
en que los labios conduces
y con vacío amenazas
con sangre, muertos azules.
Colores de aire, me tapan:
Verde viento. Verdes ramas.
Si trenes tuvieran agua
o si tus venas resortes
velozmente me acercaba
a tu cariñoso porte.
Ojalá distancia corte
mi voz: suspiro-vestuario
Inmediato el lenguaje va
no mi cuerpo en recado;
y se cansa por esperar
El barco sobre la mar.
Mi niño, lleno de miedo
sangrándote, tibia sombra
hiriéndome, beso quieto
mi niño: angustia, zozobra
como blanco para el ciego
como amarilla retama
Te sufro yo, mi sentencia
de grande ojo con legaña,
te sufre mi incompetencia
Y el caballo en la montaña