Los JUECES
deberán dar cuenta a la sociedad en el Juicio Final, y, por supuesto a
Dios.
Esta es la
historia de un trágico error judicial: la historia de santa Juana de Arco.
Santa Juana de Arco, llamada la
Doncella de Orleans (Domrémy, 1412-Ruán, 1431) es la
heroína francesa por excelencia.
Gracias a ella
Carlos VII fue coronado en Reims el 17 de julio de 1429.
Pese a ello el
rey la abandonó en manos de la
Inquisición, emprendiéndose contra ella un proceso por
herejía que la condenó a la hoguera, condena que se hizo efectiva el 30 de mayo
de 1431 en una plaza de Ruán.
Diecinueve años
más tarde, el mismo Carlos VII ordenó una investigación y se permitió que su
familia aportase pruebas de su inocencia.
Finalmente un
juez anuló la anterior sentencia y lo calificó de “atroz error judicial”.
A partir de ese
momento se empezó a rehabilitar su nombre.
Casi quinientos
años después, en 1909, Juana de Arco fue beatificada; y canonizada en 1920.