recíbela con serenidad y plántala en el jardín de tu vida.
Más, cuando recojas las rosas,
no te olvides de mandar por lo menos una para ese alguién.
Al fin de cuentas, fue ese alguién quien te dio la rama.
Cuando alguien te dé un puntapié, en vez de devolvérselo,
recuerda que diste un paso al frente, en tanto que él quedó un paso atrás.
Cuando alguien te grite, no respondas con otro grito,
para no correr el riesgo de quedarte también ronco.
Cuando alguien te escupa, recuerda que un poco de agua y saliva harán
que quedes aún más limpio que antes,
mientras que el escupidor perdió un poco de saliva
que actuaría benéficamente en su digestión.
Cuando al fin, alguien se ría de ti, sonríe a ese alguien.
Al final, él (ella) precisa mucho de una sonrisa.
"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos"
Desconozco su autor.
JACQUELINE