Una chica de profesión prostituta, no quería que su abuelita, con la que vivía, se enterara de ello.
Un día, durante una orgía en un hotel, la policía hace una redada y arresta a todas las chicas, incluso a ella.
Mientras esta haciendo fila para ser fichada, la abuelita llega a la estación de policía.
- ¿Que haces aquí?- le pregunta la anciana.
Ella, con el afán de que no se entere le dice:
- Lo que pasa es que los policías están regalando naranjas.
- Que bien, yo también quiero una .- así que se forma en la fila, al final.
Un agente de policía pasa chica por chica para tomar sus datos. Cuando llega con la abuela le pregunta:
- Pero señora, ¿a su edad? ¿Todavía puede?
- Si hijito, aunque ahora lo único que hago es quitarme los dientes postizos, pelarlas y chuparlas hasta dejarlas secas.