Como te recuerdo mi querido perro,
bajo el sol tempranero de la ribera,
tras una rama que arrojo mi mano,
corres bullicioso al rio a buscarla,
para traerla de regreso a mi mano,
llenándome de alegría,
inolvidable compañero mío,
dispuesto a dejar tu alma,
tu corazón y tu vida.
Por eso, te recuerdo mi querido perro,
a mi llegabas con tu mirada pura,
en mis días de quebranto,
ahora duermes, mi compañero, mi dulce amigo,
ahora te has ido y tu alma se fue al lago azul,
que se que me recuerdas,
y un día estaremos juntos de nuevo,
en ese lago azul, llamado cielo.
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