Un médico que desayuna todos los días en una cafetería frente al hospital se había fijado en el chino y se preguntaba: "¿Qué hará este hombre aquí todos los días, dando tantas vueltas? ¿Estará enfermo y no se atreve a consultar? Quizás dude sobre si lo atenderán o no...".
Sin poder reprimir su curiosidad un día, por fin, se dirigió al chino y le preguntó:
- ¿Tiene algún problema, señor? ¿Acaso está enfermo? Soy médico del Hospital, ¿tiene necesidad de una consulta médica?
El chino se vuelve para mirar al médico y, con una sonrisa de oreja a oreja, le contesta:
- No, doctor, muchas gracias; no me pasa nada. Sólo estoy “viendo el local”...