Cuando muerdes una manzana que no está madura, tal vez incluso si está amarga, el problema no es la manzana; el problema es que no esperamos hasta que el árbol alcanzara la etapa en que la manzana está madura. Nuestro manejo del tiempo es el problema, no la manzana como tal, ni el árbol.
Este es un mensaje poderoso para nosotros, porque hace evidente que el único problema real que tenemos es que nuestro proceso aún no se ha completado. Esto significa que no podemos torturarnos porque estamos molestos, tristes o deprimidos, o porque no hemos alcanzado nuestros objetivos o metas.
Sólo somos un trabajo por terminar. Somos la fruta que aún no está madura para el consumo.
¿Derribarías un árbol porque da manzanas que no están maduras? No. Serías paciente y confiarías en el proceso.
Es lo mismo contigo.