Historia de la Virgen de la Fuencisla
Historia de la Virgen de la Fuencisla (Patrona de Segovia, España). Marisa Alonso Santamaría, escritora española. Relatos e historias del mundo.
Vivía en la ciudad una mujer hebrea llamada Ester que se quería convertir al cristianismo.
Enterados los judíos de sus intenciones la acusaron falsamente de adulterio para condenarla a morir. según las leyes de la época, a ser despeñada desde las peñas Grajeras de casi 90 metros de altura.
Cuando llegó el momento, Ester invocó a la virgen de los cristianos, entonces una fuerza sobrenatural la dejó en el suelo sin haber sufrido daño.
Días después fue bautizada con el nombre de María del Salto. Como María era rica costeó la construcción de una ermita y a partir de entonces vivió humildemente y entregada a los pobres.
Siglos después entre 1598 y 1613 se construyó un nuevo santuario. Después de este milagro comenzó el culto a la Virgen con la advocación de la Fuencisla. Alfonso X el Sabio difundió el culto a la Virgen cuando mandó recoger todo lo acontecido en las conocidas “Cántigas de Santa María” antes de 1248. La talla de la Virgen actual es gótica, entre los siglos XIV y principios del XV, es de madera policromada y mide 77 cm.
Tiene el pelo liso y partido en dos, viste una túnica en color azul ajustada a la cintura por un cinturón. Los ropajes la llegan hasta los pies casi cubriéndolos por completo.
Sujeta al niño desnudo en su mano derecha con las piernas en movimiento. La talla se realizó para ser vista de frente pues en su parte trasera no está acabada, y seguramente para que no luciera ropajes.
Se desconoce el autor y se piensa que pudo llegar a Segovia a través de una donación. En el libro de Los Milagros que se salvó del derrumbe que hubo en 2004, ya aparece el nombre de Fuencisla, llamada así por las numerosas fuentecillas que hay en el lugar y fechado en el 1611 en el manuscrito más antiguo. Se sabe que ha sido restaurada en numerosas ocasiones.
Durante el mes de Septiembre se celebra su novena trasladándola del Santuario que lleva su nombre a la Catedral, seguida de todos los devotos segovianos. Transcurridos los nueve días la devuelven al Santuario donde se puede visitar el resto del año.