Dice Mario Benedetti:
“Todos somos albañiles de muros”.
Sí, todos construimos muros a nuestro alrededor,
algunos incluso murallas, altas torres que nos guardan…
Esas torres, ¿es para no escapar de ellas,
o para que nadie pueda traspasar sus muros?
Hay muros que construimos los individuos para aislarnos,
para convertirnos en eremitas de nosotros mismos y del resto del mundo,
para hallar un refugio en el que poder escondernos
de nuestros propios miedos,
para zafarnos de todo lo que nos rodea
cuando sentimos esa necesidad de silencio, de paz…
Otros levantamos esos muros para no ser heridos por los que viven al otro lado;
porque tenemos miedo a que nos dañen...
Cuantas veces he construido muros, tan altos, tan fuertes, tan... infranqueables!!
Los muros sirven para protegernos...
pero... tambien impiden que nos lleguen tantas cosas.
Nos hace sentir seguros e intocables, pero nos corta la libertad.
Los muros dividen, cercenan, alejan, separan...
Nos hace alejar al amor en cualquiera de sus formas.
Nos hace alejarnos de todos aquellos que quieren acercarse a nosotros.
Convierte nuestro corazón en un corazón de piedra, incapaz de sentir.
Los muros puede parecer que nos ptotegen, pero en realidad...
Nos impide amar, nos impide ser felices!!
¡¡Hoy puede ser un buen el dia para que tu muro desaparezca!!