Ha llegado. El gran recorte a los funcionarios, el segundo en España desde que empezó la crisis, ya está aquí. El tajo a los moscosos y la supresión de la paga extra de Navidad afectarán a todo el personal público… y a alguien más. Ese alguien más vienen a ser los cercanos a los políticos que integran los ejecutivos municipales o regionales, o el Gobierno estatal, a saber: asesores y altos cargos colocados a dedo. Y a veces estos falsos funcionarios son bastante numerosos.
Es el caso del Ayuntamiento de Madrid, donde, como publicó ayer este medio, pululan 254 asesores por todos los rincones de la corporación. A ellos hay que sumar otros 103 altos cargos, siempre nominados bajo la lógica del dedazo. En el Consistorio madrileño tutelado por la flamante regidora Ana Botella Serrano hay, pues, 357 personas con estatus funcionarial sin que su puesto implique haber aprobado una oposición. Una cantidad que no debe de sentar demasiado bien a quienes sí hayan accedido a su cargo mediante concurso público y tengan que tragar ahora con nuevos tijeretazos.
Porque el Ayuntamiento de Madrid gasta nueve millones de euros en remunerar a sus directivos impuestos. Lo que ganan éstos tampoco es moco de pavo: según una circular del área de Hacienda,sus salarios oscilan entre los 86.000 y 90.000 euros. La Hacienda capitalina reconoce dos figuras para medir los sueldos: la de coordinador general (la que más gana) y la de director general. El resto de cargos ( “secretario general técnico”, “gerente”, “interventor general”) se fusiona con los dos anteriores a la hora de establecer las retribuciones.
Por capítulos, se repite el patrón utilizado con los asesores: cada uno de los 21 distritos de Madrid tiene un “gerente”, remunerado con 86.000 euros. El área más potente es el de Hacienda y Administraciones Públicas, con 18 directivos, seguido del de Medio Ambiente, Seguridad y Movilidad, con 17 altos cargos. Mucho menos tiene el de Urbanismo, con siete, o Economía y Empleo, con 11.
¿Tiene el Ayuntamiento de Madrid un excedente de cargos de postín? Sumando concejales y altos cargos, el Consistorio de Barcelona no llega a las ochenta personas.