Para no despertar a su marido ciudadosamente entra en el dormitorio. Bajo la manta de la cama ve cuatro piernas en vez de dos. Llena de ira coge un garrote y comienza a pegar garrotazos a la manta con todas sus fuerzas por 15 consecutivos minutos, hasta que ya, agotada, se va a la cocina a beber un vaso de agua.