Me la manda desde Alemania, Ricardo Bada.
Simpatiquísimo!
En el Archivo Histórico Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México se encuentra un oficio de un cónsul en Dinamarca de principios de los años veinte del siglo pasado que dice: “Informo a usted que ha habido un escándalo en esta Corte. Resulta que los soviéticos designaron a una señora ministra para que los represente ante el rey de Dinamarca. Cuando la señora supo la fecha en que el rey la recibiría para presentar las credenciales, ella mandó decir que no podía ir porque no le habían entregado su vestido. El rey le contestó que se presentara cuando él la citaba o que no se presentara”. El cónsul añade: “Estoy informando esto porque en caso de que nuestro gobierno, también revolucionario, esté pensando nombrar mujeres diplomáticas, que las busque entre las inteligentes”.
Resulta que esta mujer era Alejandra Kolontai. Entre otros méritos, fue una de las figuras más destacadas del movimiento obrero internacional y una de las primeras en promover la organización de las mujeres dentro del partido comunista; fue además figura fundamental de la revolución de 1917 y la primera embajadora en la historia, además de que entre 1926 y 1927 dirigió la embajada de la URSS en México.
En suma, a pesar de la opinión del cónsul, esta mujer sí era inteligente. Pero, desde luego, no estaba dispuesta a presentar credenciales sin la indumentaria adecuada.