El político y escritor gaditano del siglo XIX, Antonio Alcalá Galiano se encontró con una conocida a la que no veía desde hacía más de veinte años y esta le espetó:
-Don Antonio, le encuentro muy viejo.
Él la observó y contestó:
-Tampoco usted está más joven. Le ocurre lo que a los que se embarcan por vez primera: que cuando el barco comienza su singladura les parece que es la tierra la que se va de ellos, y que ellos no se mueven.