ESCRACHE
Javier Gallego - Eldiario.es
Nos habéis perseguido a todos. Primero fuisteis a por los jubilados
pero como vosotros tenéis la jubilación asegurada, no os importo
hacerles daño. Después fuisteis a por los enfermos, los
discapacitados, los dependientes y como vosotros no tenéis problemas
de dinero, no os importo cargar a las familias con un peso que no
pueden soportar. Entonces fuisteis a por los funcionarios, los
médicos, los profesores. Fuisteis a por nuestra sanidad y a por
nuestros colegios porque vosotros tenéis los vuestros asegurados.
Protestamos y no os importó enviarnos a los antidisturbios a que nos
hicieran daño.
No os importó que hubiera millones de parados y fuisteis también a por
ellos. Les quitasteis un pedazo de lo poco que les queda y les
gritasteis que se jodan en mitad del Parlamento. Y empezasteis a
jodernos a todos los demás, a la cultura, a los mineros, a todos los
contribuyentes. Fuisteis a por todos nosotros y no os importó hacernos
daño para no hacérselo a los vuestros. Los bancos vinieron a por
nosotros y vosotros nos quitasteis los cuatro cuartos que nos habían
dejado en los bolsillos. Ellos nos robaban, vosotros hacíais negocio
con nuestro dinero. Volvimos a protestar y nos disteis la espalda de
nuevo.
No queríais ver cómo la gente saltaba por las ventanas o se colgaba
del cuello. Los bancos que nos habían puesto la soga iban a por los
que menos tenían y les dejasteis hacer. Dejasteis que se aprovecharan
con las preferentes de los más indefensos y vulnerables y jamás
perseguisteis a los timadores. Dejasteis que algunos se quitaran la
vida angustiados por su desahucio. Les empujasteis al vacío sin mover
un solo dedo y permitisteis que pelotones de policía siguieran sacando
a la gente de sus casas a empujones. Podríais haberlo evitado pero
seguíais mirando para otro lado.
Los jueces españoles y el tribunal europeo han decretado que las
hipotecas españolas son ilegales y abusivas y a ninguno de los dos les
habéis hecho caso. Miles de personas en la calle y un millón y medio
con su firma, os han pedido parar esta sangría y habéis tratado de
escaparos de ellos. Nos disteis unas medidas insuficientes que no
sirvieron para nada y ahora nos volvéis a ofrecer un simulacro de
solución en diferido. Os pedimos pan y nos dais migajas. Os pedimos
ayuda y nos dais antidisturbios. Os pedimos que nos echéis una mano y
nos la echáis al cuello.
Ahora van a por vosotros y reclamáis que os amparemos pero ya no queda
casi nadie de nosotros que lamente lo que os está pasando. Os toca
sentir lo que sienten los perseguidos. Ahora nos pedís la justicia que
vosotros nos habéis negado. Invocáis la democracia que habéis
destruido y el respeto que no nos tenéis. Exigís que se respeten los
derechos que nos habéis respetado. Llamáis terroristas a los que os
persiguen como si no supiéramos que sois vosotros los que los habéis
aterrorizado. Nos llamáis golpistas mientras nos moléis a golpes. Hay
que ser muy miserable para llamar acosador al acosado.
Seguid así. Seguid dando la espalda a la realidad, seguid llamándonos
criminales en lugar de ciudadanos. Seguid aumentando la pobreza, la
desigualdad y el paro. Seguid dejando que a la gente la estafen, la
echen a la calle y los ladrones anden sueltos. Seguid haciendo un
escrache masivo a la población y acabaréis sufriendo un escrache
masivo y violento. No es una amenaza, es una advertencia de lo que,
desgraciadamente, podría pasar.
Ahora solo van a por vosotros pero mañana irán a por vuestra
seguridad, la seguridad que les habéis negado, y a por vuestros
privilegios, a por el dinero que les habéis quitado, los coches en los
que huis de nosotros, las casas que tenéis y que ellos han perdido, el
bienestar que les habéis arrebatado. Querrán infligiros el mismo dolor
que le habéis causado. Y a nadie le importará si os hacen daño porque
el daño que habréis hecho nos habrá anestesiado a todos. Serán tan
violentos como lo habéis sido vosotros. Se saltarán tantas leyes como
vosotros habéis violado. Serán peligrosos porque están desesperados. Y
serán incontrolables porque no tendrán nada que perder.
Vosotros se lo estáis quitando todo. Vosotros sois los responsables de
lo que os pase. Os lo merecéis. Vosotros no sois las víctimas, sois
los culpables, sois la causa de los escraches que estáis padeciendo.
Vosotros sois el escrache de este país. Le habéis hecho un escrache a
esta democracia hasta obligarla a huir por patas. Nos habéis hecho
escraches cada vez que nos reuníamos en las plazas y en las calles. Le
habéis hecho decenas, cientos de escraches a los ciudadanos a golpe
de porra, recorte, insulto y decretazo.
Sois vosotros los que permitís el acoso a los ciudadanos de una banca
miserable que impone una ley injusta. Sois vosotros los que dejáis que
miles de familias sean humilladas delante de sus vecinos, que sus
casas sean señaladas con una cruz de "desahuciado" en la puerta, que
queden marcados como parias y excluidos, que ancianos, niños, enfermos
y gente sin recursos estén sufriendo la derrota, la violencia policial
y la vergüenza pública. Sois vosotros los que lleváis más de cuatro
años haciéndonos un escrache tras otro, los que lleváis años huyendo
de los que ahora os persiguen, los que estáis empujando a miles de
personas por un barranco por el que os acabarán arrastrando, los que
estáis provocando una pobreza, un odio y una desesperación que pueden
acabar estallando.
Original | Traducción |
Als die Nazis die Kommunisten holten, habe ich geschwiegen; ich war ja kein Kommunist.
Als sie die Sozialdemokraten einsperrten, habe ich geschwiegen; ich war ja kein Sozialdemokrat.
Als sie die Gewerkschafter holten, habe ich nicht protestiert; ich war ja kein Gewerkschafter.
Als sie die Juden holten, habe ich nicht protestiert; ich war ja kein Jude.
Als sie mich holten, gab es keinen mehr, der protestieren konnte. |
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar. |
Si dejáis que eso ocurra, recordaréis el último verso del poema de
Niemöller: “Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera
protestar”. Nadie protestará porque os estaremos persiguiendo todos.