Sintiéndome
Sintiéndome, envolviéndome de un mágico silencio,
deleito mis oídos del sonido de la nada, del vacío,
me despojo del movimiento, de las prendas, de testigos,
te hago preso de mi mente y me abandono en tus latidos.
Ausente de sonidos, intensa de sentidos, latente,
siento correr la sangre en caudaloso río, rugiente,
templando la piel de mi cuerpo plácido, vehemente,
ávida de quietud de un sentir ya conocido, te vuelvo presente.
Abstraída de mente, totalmente ausente, complaciente,
dejo el planeta en su elíptica girando, sabida que no es lo mío,
en un espacio onírico, lo creo todo imaginando, delirando,
envuelta de ti, poseída de tu cuerpo y de tus manos disfrutando.
Caigo en lo profundo de un mundo intangible, fecundo,
me abandono en el negro oscuro de mis ojos cerrados,
puedo sentirte en aroma, olor irresistible de flores y campo,
madera mojada que espera la hoguera de un calor prolongado.
Pensamientos invadidos de visiones adolescentes,
se pasean por mi cuerpo, por mi alma y por mi mente,
solo puedo sentir una cálida sensación permanente,
que me mantiene encendida, complacida, vigente.
Me sumerjo quieta en lo profundo, en lo más hondo,
allí donde levita el éter de una dimensión que desconozco,
te pienso y te hago mío en este espacio primoroso, amoroso,
cubierta de tus alas, de tu cuerpo y de tu rostro.