Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo,
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo
mientras nos besamos como si tuviéramos
la boca llena de flores o de peces,
de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce,
y si nos ahogamos en un breve y terrible
absorber simultáneo del aliento,
esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y
un solo sabor a fruta madura,
y yo te siento temblar contra mí
como una luna en el agua...
Julio Cortázar Rayuela , Cap Nº 7