Tenemos la tendencia a pensar que los errores son malos, pero los errores están entretejidos en la tela del universo para ayudarnos a aprender.
Este poderoso cambio de percepción puede llevarnos de tener sentimientos destructivos sobre nuestros fracasos (vergüenza, culpa, impotencia, etc.) a sentirnos entusiasmados por descubrir la lección y crecer. La verdad acerca de nuestros errores es que ellos son nuestros mejores maestros.