DECIR AMIGO
Decir amigo...
es nombrar al hermano que elegimos para caminar juntos en la vida,
para mirar los acontecimientos y discernir lo mejor,
para admirar la belleza del mundo y de la gente,
para reunir todos los esfuerzos para el bien,
para vivir la más valedera aventura.
Decir amigo...
es dar al ser humano su verdadera dimensión
porque es capaz de dar su vida por los otros.
Decir amigo...
es llamar al ser más noble porque dona todo lo mejor de sí
y respeta al otro como es.
Decir amigo...
es sentirse escuchado a fondo
porque el otro no tiene que defenderse ni atacar.
Decir amigo...
es aceptar las diferencias porque enriquece la búsqueda de la verdad.
Decir amigo...
es llenarse de angustia porque todavía no lo ha hallado.
Decir amigo...
es también cargarse de pena porque se ha roto ese vínculo.
Decir amigo...
es colmarse de gozo porque se descubren nuevos horizontes.
Decir amigo...
es estar alegre porque, lejos o cerca, la comunión se acrecenta.
Decir amigo...
es entregarse sin reparos, porque el otro nos recibe tal cual somos.
Decir amigo...
es acoger con el corazón sin barreras,
porque el otro no trae partidismos ni sectarismos.
Decir amigo...
es experimentar la mayor impotencia,
porque no podemos salir a su encuentro cuando nos necesita.
Decir amigo...
es romper la distancia, porque dejan de existir el tiempo y el espacio,
y se aprende a volar...
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