San Andrés de Teixido es un lugar misterioso, lleno de rituales y leyendas, ubicado en un valle que tiene caseríos y un templo que tiene de titular al Apóstol de San Andrés, el cual ha sido venerado durante siglos por los peregrinos de lugares lejanos, y los mismos paisanos, marineros y campesinos de Galicia.
En Teixido también perduran los rituales paganos junto a los religiosos, rituales como el de “A San Andrés de Teixido vai de morto o que non vai de vivo“, que significa que si en vida no se visito el santuario de San Andrés, se reencarnan en cuerpo de un lagarto, sapo, culebra, o cualquier otro animal ponzoñoso, obligados a hacer romería que es arrastrarse desde la propia tumba a veredas y caminos desconocidos , también es posible reencarnar en herradura y así tener mejor destino, según dice la leyenda, nadie ni vivo ni muerto se salva de la voluntad de Cristo.
También dicen que una opción a encarnar en lagarto o rana es recurrir a un familiar o amigo, eso quiere decir que si en sueños se aparece el alma en pena del difunto hay que acompañarlo a hacer su penitencia al cementerio, dar tres golpes con el bastón en su tumba para llamarlo y pasear con el en su peregrinación. Dicen que durante el camino hay que hablarles o gritarles al muerto para que no se despiste y vaya a caer a otra manifestación del infierno como un centro comercial. Las almas no ven muy bien pero oyen perfecto.
Estando en el santuario se reza por el muerto, se deja una velita y flores. Hay otros rituales que hablan del amor, como el de la Herba Namoreira; esta hierba es para hacer hechizos de magia amorosa, metiendo una ramita de esta hierba en el bolsillo de la ropa del amado y ya, cae rendido a los pies de la hechicera. Después de eso hay que ir a la Fuente de los Tres Caños y tirar unas migas de pan, hay que fijarse si flotan o no, en caso de flotar los sueños serán cumplidos, allí se piden unos tres deseos. Para terminar, en el lugar se venden amuletos de migas de pan pintados de colores que sirven para las migrañas y otras dolencias…
En Teixido, entre las muchas leyendas, hay algunas como las de las Jóvenes Encantadas, que dice, camino al cementerio hay un peñasco conocido como Pena do Encanto, allí hay una doncella encantada que se manifiesta todos los años en la noche de San Juan, con la esperanza que pase algún hombre dispuesto a desencantarla. El desencantamiento no es fácil porque a medida que el hombre se le acerca ella va perdiendo su belleza y se va convirtiendo en un monstruo repugnante y asqueroso, si alguien se atreve a matar al monstruo, desencanta a la doncella con la que se podrá casar y disfrutar de los tesoros de ella.
En otro lado cerca, llamado Coto dos Fondas, hay varias mozas encantadas que se pueden ver el 24 de junio, día que se ven los encantos. El motivo de la existencia de doncellas encantadas alrededor del santuario es porque ellas, siendo de familias nobles no aceptaron a los maridos asignados por sus padres, por lo tanto, por desobedientes, las encantaron hasta que llegue algún valiente joven a liberarlas.
La mayoría de las leyendas sobre San Andrés de Teixido, datan de fechas remotas y desconocidas que han pasado de boca en boca con el paso de los años. Según tales historias el Santo, envidiando la afluencia de peregrinos a Santiago, lo pasaba triste y apagado hasta que un día fue visitado por el Señor en compañía de San Pedro. El Santo se quejo copiosamente ante las autoridades de santidad, entonces el Todopoderoso le prometió que a su santuario irían en romería todos los mortales, y quienes no fueran en vida, tendrían que hacerlo cuando estuviesen muertos. La leyenda tiene una variante y dice que uno de los doce apóstoles llego en barco a los acantilados de Teixido y que su barca naufrago quedando como un peñasco conocido hoy como A Barca de San Andrés. Por la tragedia el Todopoderoso prometió un santuario y una romería que duraría hasta el fin del mundo, a la cual deberían acudir vivos o muertos todos los mortales.
Sea cual sea la historia, lo cierto es que el monasterio de San Andrés tiene una data del siglo XII, época del patrimonio de la Orden de Malta. El edificio actual data del siglo XVI continuando sus ampliaciones hasta los siglos XVII y XVIII. El edificio es de estilo gótico en la entrada, en su interior esta plagado de murales representativos de San Andrés y su martirio, hay un cierto estilo barroco en el retablo y el relicario que contiene un hueso del Apóstol.
Para llegar a este santuario, hay que tomar el camino que rodea al rio Condomiñas hasta llegar a la Cruz de Nogueira, llegar al mirador de Os Candris y desde allí bajar al santuario de San Andrés de Teixido. Desde allí es posible acercarse a la Fonte do Santo y observar el entorno a través del mirador Vixia de Herbeira, donde se ve un acantilado de 620 metros de altura, el más grande de toda Europa.
En San Andrés de Teixido se alucina con las historias y el sonido del viento, las imágenes son alucinantes. Se dice que en esta tierra tras la romería de Septiembre y al llegar la noche se oian los pasos y lamentos de los pescadores arrepentidos en busca del perdón del Santo Apostol. Según la creencia, quien no haya visitado en santuario viviendo cerca, no tendrá descanso después de su muerte.
Sea como sea, hoy en día esta ermita es centro de atracción turística y lugar de encuentro para los creyentes y paganos que buscan una redención, o al menos, saciar su curiosidad. Una visita al santuario y conocer algo de su historia es meritorio al menos una vez en la vida.
Para llegar al lugar, se ofrecen rutas armadas que permiten conocer no solo San Andrés, sino también Las Rías Altas, A Coruña, Betanzo, Ferrol, Pontedeume, y Valdoviño. Luego pasan por Cedeira al pie de la Sierra Capelada, donde se cobija el santuario de San Andrés de Teixido, llegando finalmente al acantilado de Vixia de Herbeira. Esta ruta termina con la visita a otros lugares de interés, como la Villa Cariño y Santa María de Ortigueira y la Costa Lucense.