Como un marino procedente
De tierras lejanas,
Llegaste a mi puerto donde un amarre,
Inconscientemente, estaba ya preparado
Para su enclavamiento,
Como tierra ya arada para su cultivo.
Fue la luna llena tu principal aliada,
Y a su luz fui dejando mi voluntad
Hasta abandonarme totalmente a tus deseos.
Has partido, siempre quedará el recuerdo
De una noche de pasión,
Entregando nuestros cuerpos
A unas dulces caricias
Libres de todas ataduras.
La argolla donde estuvo anclado tu barco,
Siempre quedará marcado por
Las potentes cuerdas que la abrazó.