Doy
gracias por el don de la conciencia, el cual me permite sentir, pensar y amar.
Doy gracias por el aroma de la lluvia, por el color de las hojas de otoño, por
la calidez de una mano amiga, por las bellas melodías de Bach, por el sabor de
una naranja. Doy gracias por la habilidad de pensar y actuar responsablemente,
sabiendo que mis decisiones me afectan a mí y afectan a los demás. Doy gracias
por la habilidad de amar y ser amado y por mis familiares y amigos. Espíritu de
vida, doy gracias por poder estar consciente del precioso regalo que la vida
es.