Besaré la mano
del destino,
esa que te hizo poner
en mi camino.
Con el viento de suaves susurros,
tu dulce voz mi oído lleno,
y como cantos de ángeles
los grabaste en mi corazon.
Tu pelo canoso,
enredado de amor,
mezclando días de
fragancias alegres,
y matices rotos,
como espejo vacio de contenido.
Caminaremos juntos
" Entre papeles de ruido
de teclas de incompresión "
en este mundo hostil.
Me pondré mi coraza no de
Quijote, sino de hombre simple,
no vil .
Dejaré caer una lágrima en tu mano,
que humedezca tus labios,
dejando en ellos,
el sabor de un amargo beso...