Seamos cómo seamos, tenemos la herencia de Dios, entera, en nuestras manos. Descubrir la gratuidad del amor de Dios, nos hace dar cuenta que somos su familia. En el Evangelio de hoy Jesús ataca a los orgullosos que murmuran por los pecados de los demás.
Un pps de Regina Goberna y Monjas del Monasterio de San Benito de Montserrat