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Si un día,
como un jardin,
este libro florece entre tus manos.
Y la gente descubre
que son poemas escritos
a tus ojos.
No cuentes a las rosas
cúanto te amo.
No reveles mis secretos.
Ni descubras tampoco
lo que yo significo para ti.
No.
Léelo.
para ti sola,
en un rincón.
Y recuérdate,
entonces,
que estas ojas de amor
crecieron en tus labios.
Y vivieron,
durante años,
en mi pecho,
para volver a ti.
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