Corazón, bajo la lluvia herido de amor te llevo; te cerca el campo mojado, la lluvia te dice versos, el agua gime al caer en tus abismos de fuego. La roja tierra del monte entreabre el húmedo seno; en el regazo del valle ríen los pétalos tersos, y hacen blanco en el río las flechas de los luceros.
Bajo la lluvia liviana herido de amor te llevo; muchas aguas han llovido sobre tu herida de fuego; muchas noches te han cegado, muchas albas te han envuelto, ¡tengámonos a gustar el dulce llanto del cielo!
Corazón, corazón mío, descansa bajo mi pecho; mira cómo se deshojan las nubes de lento vuelo; ¡cierra la sangrienta boca y dame un trago de sueño!
Descansa, viajero ardiente, descansa, ya llegaremos allá detrás de la lluvia al claro allá de tu anhelo; ya abrevarán en tu herida aquellos labios sedientos, ya templarán tus ardores aquellos ojos sin tiempo, ya bajarás al abismo deleitoso de su pecho, y anudarás tus latidos a sus latidos eternos...
Corazón, bajo la lluvia herido de amor te llevo: por los labios de tu herida silban rimando los vientos, y el agua gime al caer en tus abismos de fuego.
ENRIQUE
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