Dame la mano ángel sin heridas. Piedra, dame tu esquivo corazón sin arrugas. Nube, dame tu rostro de repentina fruta.
Amigos, sostenedme la alegría. Temo que la ceniza me invada de repente. Voy a caer sin sangre, van a volar mis sienes.
Pasan una larga rosa por mis hombros. Un mar adolescente me riza los cabellos. Mis pies tocan apenas las cúpulas del viento.
Amigo, rodeadme porque te necesito que mis ojos se alejen como trombas de la niebla que sobre mi pecho se derrame tu ternura.
Ángel amigo dame tu sonrisa. Corroboradme hermanos para que yo no encuentre andando a través de la luz de tus ojos.
¡¡Amigo te necesito!!
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