En la mañana
cuando despierto
y miro por la ventana correr el tiempo, y la lluvia
y el sol acaricia los cristales de mi desdicha
te miro
allá a lo lejos
lejos, lejos, lejos
más allá de un horizonte inoportuno
donde tus manos
blancas, dulces, tiernas
acarician
un rostro
un rostro desconocido
llevo mi sonrisa a tu boca
donde quiero besarte
y te miro con los párpados en penumbra
y te acaricio con estos dedos de temblor y duda
hasta perecer hastiado de vida y lejanía
allá donde el atardecer
se pone y se aquieta por siempre
en la ternura de tu pecho.
Sobre tu pecho me cobijo
y siento tus latidos
me traen la alegría de cimientos
de magia de sublimes besos
y al contacto de mi dedos.
Ven, ven, ven,
donde la luz,
donde la mar nos asombre de nuevo
allá en tu mar en mi mar
en nuestra mar
tócala con mis dedos
bésala con mis labios
acaríciala con tus besos.
Me sumerjo en espejismos
de gaviotas y pelícanos
entre las aguas te veo
transparente y nítido
y las olas te acarician, siento envidia
tras la ventana mis sueños
se escapan
al ritmo de cantatas.
d/a
|