No ha de poner el viento
sus arras de cristal sobre tu ropa
De seguro las habrà de llevar a los confines
donde habitan los duendes de la tarde,
detràs de los celajes del insomnio,
irà por los caminos que anda y desanda
la ilusiòn cansada
habrà de encontrar en retahìla
con àtomos de asombro navegando
la inmensa soledad de las celestes
dimensiones perdidas.
No ha de poner el viento
Sus arras de cristal sobre tu ropa
Preferirà llevarlas hasta el mismo volvàn
donde la sangre asciende por el cràter milenario,
buscando derramarse por las cuestas
y en un rìo de lava sepultar los rastrojos del olvido
Escalarè los muros del silencio
y abrirè las ventanas de la torre
por si quisiera el viento
bajar desde el pretil hasta tu alcoba
y dejar a su paso una porciòn
de luz desvanecida
por las arras que no te concediera
Maji 4/6/09
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