VENISTE
Sin sospecharlo siquiera
En una voltereta del destino,
Con el mar en contra
A media muerte y sin aviso,
Resolviendo enigmas
Liberando ansias,
Trazándome rutas.
Veniste...
Veniste despacio y en silencio
Y encontraste bullicios incesantes,
Esta habitación abierta y ventilada
Con luces y promesas
Seguía sintiéndose desierta
Sin lágrimas acaso,
Con una ráfaga de viento
pero viva y delirante
Y veniste, atinado a gozar de la tibieza
La vida no dejo jamás de ser vida,
Con sus motivos y sus emotivos,
Con sus penas y sentidos
Aunque faltando tus detalles
Y veniste...
A sonar campanas,
A poner horarios,
A ganar el alma en los minutos
Previos a los encuentros nocturnos
A dar misterio y dudas
y sospechas placenteras y
excitantes.
La calma satisfecha,
la sabana impecable,
la vida cotidiana,
las satisfacciones laborales,
los retos desafiantes,
los objetivos y pendientes
todo estructurado y pulcro
y veniste…
a romper rutinas,
a encender hogueras,
a manchar de placer las noches,
a sonreír tras la marea avasallante.
Veniste…
y aumento el volumen de mi risa,
veniste y te regale mi abrazo,
veniste y saciamos ansias,
veniste y crecimos juntos,
veniste a desnudar mi alma,
veniste a recibir mi entrega
y a entregarte abiertamente,
Veniste y te quedaste;
contra el pronostico del tiempo,
contra los pésimos augurios,
contra la moral arrugada y asesina,
contra las dudas y miradas
de los otros, que no pueden creer
que veniste