donde descansan mis ansias,
son los que dejan marca,
en la intimidad de mi almohada.
Tus labios, vida mía,
son los que prenden el fuego,
para que los míos repitan,
en tu boca el mismo deseo.
Tus labios en los míos,
son brasa ardiente, quema,
y se elevan unidos,
hasta el cielo y las estrellas.
Tus labios…
tienen la tibieza exacta,
que los míos necesitan,
y la sensualidad perfecta,
que a mí… ¡tanto me excita!