**El tibio abrazo del Astro Rey acaricia la superficie de la jungla de aquel remanso del continente asiático, brindando destellos esmeralda a las hojas de la vegetación existente que rodea a una estructura de tiempos inmemoriales, rasgando la superficie de las leyendas hindúes. Mas una silueta indefinida en medio de la oscura selva observa el paisaje ante sus ojos inmutable, concentrandoce en esta cuál cazador a la presa. Pues aquel cuya piel palida armoniza con su Manto Sagrado niveo ha estado esperando pacientemente el momento para hundir sus garras en la tráquea de su presa, tal cuál lo habia hecho el poderoso Dientes de Sable hace eras. Aquel llamado la Sombra, el Octavo Dios Guerrero de Mizar Zeta se mueve entre las sombras acercándose al Templo, afinando sus sentidos, con la sonrisa de aquel que ha aguardado el tiempo suficiente para cometer un acto que finalmente le haría acreedor al reconocimiento que ha buscado para finalmente dejar de ser una sombra más.**

**Los rayos de luz se filtran a través de la floresta y develándose como finas columnas brillantes. Mas aquellos sitios que no son alcanzados por ese fulgor están bañados por las sombras, y en la quietud de y silencio roto solo por las hojas de los arboles al caer y el trinar de un avecilla, una figura avanza sin producir el más nimio sonido, son sus ojos destellantes que reflejan por momentos la luz que se halla frente a él, más cuando se halla por fin cerca del ancestral templo, se desplaza  mas raudo pero sin olvidar su estrategia. 

Y es entonces a solo centímetros del final de la jungla que expande y deja relucir las filosas navajas de sus garras, que brillan intensamente, reflejando la voracidad de una sed asesina.

Con unos pasos ligeros Bud de Alcor Zeta se mueve entre la estructura del templo hasta divisar a su objetivo, un faquir que viste las brillantes escamas distintivas de un Marino del emperador de los océanos. Y cobrando una velocidad endemoniada da un salto de gran altura haciendo uso de la constitución física envidiable de cualquier descendiente del ancestral pueblo nórdico. Alzándose por momentos directamente bajo la luz del Sol camuflándose en su enceguecedora luz que se refleja en su níveo Manto Sagrado de Dios Guerrero, cae en picada con sus terribles garras cruzadas a la altura de su faz, descruzándolas en un instante para crear un corte doble descendente en dirección de los flancos del cuello de aquel Marino hindú, mientras se sirve de sus caderas para crear un giro de 360 grados en el aire, creando un ataque rotatorio de gran velocidad.**

**Los claros orbes del Dios Guerrero de Alcor Zeta dirigidos hacia la tráquea de su objetivo cambian de dirección al percibir un nuevo movimiento desarrollarse ante él, la lanza de aquel Marino Hindú se alzaba para empalarlo, mas aquel Dios Guerrero que era el mas veloz y ágil de todos sus pares, reacciona en una combinación de instinto animal y de guerrero, Bud con una agilidad digna del ancestral felino al que su Manto Guerrero representa, dando una patada al aire contraria al giro de su ataque, cambia y establece su centro de gravedad. Mientras que las palmas de sus manos terminadas en aquellas filosas garras se cierran entorno a la punta de la lanza, sus palmas planas y extendidas se cierran entorno a esta y oprimiendola sin envolverla, evitando así cortarlas, este movimiento solo puede ser ejecutado por un guerrero experimentado como el octavo Dios Guerrero. Y sin embargo este movimiento destinado a evitar ser atravesado por la funesta lanza del Marino, consigue un dar un en el pómulo derecho de Bud, que empieza soltar un hilillo de sangre. -Creí que no habias notado mi presencia Marino, pero no cantes victoria aún.- Sentencia el Dios Guerrero a la vez deja caer su pierna zurda en dirección de la base de la lanza impulsandose en esta misma gracias al agarré de sus manos.**