
Hoy en día... los seres humanos, hablamos poco, al menos; poco que valga la pena... criticamos, reñimos, murmuramos, renegamos... y no nos damos cuenta...
que ese don maravilloso del habla... puede cambiar un día triste en un día luminoso,
puede borrar una lágrima y dibujar una sonrisa... Puede provocar una sonrisa en alguien lleno de melancolía...

Es usual cuando leemos a nuestros amigos... algo te provoca sonreír aún cuando nada más lejos... en el pensamiento, o esos mensajes diarios tan llenos de cariño y amistad, ocasionalmente nos hacen reír a carcajadas ó llorar...

Hazte un propósito... que de hoy en más tus palabras... lleven un significado positivo desde formularlas en tu pensamiento... Que tus palabras sean como aguas mansas pero en constante movimiento, que con paciencia se van abriendo camino, y llevan alegría
y confortamiento a su paso.

Que tus palabras sean una bendición para los campos áridos, que sean dadoras de vida
para todas las plantas que se nutran de ellas... convertidas en agua que satisface al sediento, en el pan que sacie una hambre dolorosa...

Que tus palabras con dulzura se introduzcan en la vida de los sedientos, que necesitan de un trago para seguir viviendo, no te fijes quien se aprovecha de ellas, simplemente fluye,
como ese manantial que en el desierto significa la vida para quienes lo cruzan...

Las palabras pueden ser... cualquier cosa, una poesía, una frase célebre, un consejo, un cuento, una felicitación, una reflexión, incluso hasta un chiste, y aún yendo más allá
un diálogo gracioso y picante... o simples tonterías sin sentido; como las que suelo escribir... sin embargo deben seguir un cauce de amor para que llegue a todos,
para que sean capaces de caer como en aquella parábola del sembrador...

En la roca y el espino, en la vera del camino... Pero igual algunas caerán en tierra fértil... Pero... por eso mismo ¡ten mucho cuidado !. Porque tus palabras pueden ser también en un momento dado, como las aguas que bajan con fuerza... Veloces y turbulentas, destructivas y mortales, pues a su paso se desbordan y ocasionalmente pueden ahogar y destruir, en lugar de ser edificantes o sanadoras...

Esta diferencia radica, en los sentimientos que nos embargan en el momento que las emitimos, es por eso que la palabra debe nacer desde el corazón... para que ya en la mente lleve implícito... el filtro de la piedad, el amor y la consideración a los demás...
De cada uno en lo personal depende, que nuestras palabras den vida o por el contrario destruyan y asesinen...
! Transformémonos ! igual que el agua... que nuestras palabras y pensamientos cuando no sean positivos... ¡que se conviertan en hielo, y queden mudas y estáticas.!
Que cuando sean para compartir, consolar, alegrar... estas sean líquido, que se usa para conservar y crear la vida...

Y que sean vapor, cuando queramos que estas lleguen a las alturas en forma de oración... ¡Para que Dios, las distribuya mas sabiamente en forma de lluvia, a todos sin distinción.!

! Benditas sean todas las palabras de amor, que de ti procedan, pues eso demuestra que tu corazón esta en buenas manos.!

(Autor: lo desconzco)

César Fdo.