
Quien te ame, clausurara todos los caminos y solamente dejara abierto el que conduce a cualquier capricho tuyo, entendera que no existe tesoro que compre tu abrazo sencillo e inesperado
cualquier domingo luminoso, la ternura inocente de tu cabeza silenciosa apoyada en mi hombro o el radiante escandalo de tu alegria desparramada por la ciudad.
Quien te ame, te convertira, henchido de orgullo, en el único y recurrente tema de conversación, desafiando indiferencias, miradas reprobas y gestos de hastío. Siempre estaras ahí, presente, señalando caminos, rompiendo esquemas, trastocando verdades, convirtiendo la vida en divino abismo, marcando y demostrando el invalorable precio de un Te Quiero.
Quien te ame, descubrira la vida en la curva de tus senos. Aprendera otra vez lo que es vivir y no recordara nada que haya ocurrido antes del desbocado latir de tu pecho desnudo, del olor profundo del sudor del amor, la milagrosa multiplicación de las estrellas o de la mirada sin remedio de tu corazón que observa los vidrios rotos del sosiego.
Quien te ame, paseara orgulloso con el premio de tu sonrisa por cualquier calle de la alegría, tomara atajos que conduzcan a tu eternidad, y buscara ansioso tu abrazo pues entendera finalmente el misterioso significado de la oscuridad y el secreto.
Quien te ame, sentira la inconmensurable angustia de tan solo un minuto de tu ausencia y el infinito placer de la posibilidad de tu cercania
Quien te ame, esperara cada uno de los minutos que llenan seis horas enteras, mientras pasea su soledad por la ciudad, al tiempo que deshoja los petalos de un llanto escondido, cuenta transeúntes, gotas de lluvia, hojas caidas o cualquier vaguedad sin importancia. Allí, en un rincon secreto del corazón, se hace notable que una esperanza se desangra incontenible.
Quien te ame, recorrera incansable mil kilimetros para ver apenas tu sonrisa
por cinco preciosos e interminables minutos. Aún así, se sentira satisfecho y depositara resignado el sudor y el cansancio del camino en cualquier bolsillo del olvido.
Quien te ame, a quien envidio, debere amarte como yo lo hice, aunque nunca lo supiste.
(Juan Ramón Perez

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