El rey Vasky llevó en brazos a la princesa Shynna, ella aún sostiene con fuerza el talismán, como si se aferrara a la vida, como si sus débiles latidos dependieran de su poder.
Shynna ahora descanza en las salas del palacio donde estará resguardada por las tropas personales del rey con orden de defenderla hasta la muerte para protegerla, al menos hasta que logre escapar. Danae recibe instrucciones precisas sobre la ruta de escape, una puerta secreta por la que podrá poner a salvo a la princesa en caso de ser necesario.
El rey Vasky ve conveniente de ir al frente a comandar las tropas personalmente, coje su espada, aquella que la ha acompañado durante sus años de lucha, en innumerables batallas, muchas de ellas al lado del padre de Shynna su recordado amigo y aliado. Su espada es legendaria en aquellos territorios.
Enfundada en un el mismo escudo real la espada toma forma de un arma extraña la cual solo el mismo rey Vasky sabe usar, y cuya destreza es casi tan legendaria como su poder. Pero esta vez se enfrentará a lo que nunca se ha enfrentado, al destino, a la destrucción de su pueblo y sus aliados, es ahora mas que nunca que Vasky debe mostrar por qué es un rey.
Una inesperada aliada llegó a último momento, una comandante amazona cuya facción no suele entrar en alianzas. Aunque pertenece a la raza de las amazonas, pertenece a una facción neutral que normalmente se mantiene alejada de los asuntos de los reinos vecinos. Miradi, comandante de un grupo de élite logró llegar a duras penas justo antes de iniciarse la batalla, algunas de sus guerreras perecieron tratando de llegar a la ciudad, pero la mayoría se encuentra en las filas del frente.