¡Qué importante es saber argumentar! Una empleada doméstica pidió aumento de sueldo. A la señora no le sentó muy bien la solicitud, así que le preguntó:- María, ¿por qué crees que mereces un aumento de salario?
Señora, hay tres razones:
- La primera es que yo plancho la ropa mejor que usted.
- ¿Quién te ha dicho que planchas mejor que yo?
- Su esposo, señora.
- ¡Oh, vaya!
- La segunda razón es que yo cocino mejor que usted.
- Eso es puro cuento, ¿quién te ha dicho que cocinas mejor que yo?
- También su esposo, señora.
- ¡Ah, caramba!
- Y la tercera razón, y la más importante, es que yo hago el amor mejor que usted.
Al oírlo, la señora, completamente descompuesta y gritando le pregunta a la empleada:
- ¿Mi esposo también te ha dicho esto?
- No, señora ... de momento, me lo ha dicho el jardinero.
LA SEÑORA LE AUMENTÓ EL SUELDO.