A MI AUSENTE

Todo, oh mi ausente, con tu amor lo llenas,
todo de ti, su dueña, se enamora,
a al pie de tu recuerdo, hora tras hora
corre mudo el raudal de nuestras penas.
Esmeran tus rosales y azucenas
capullos para ti, su cuidadora;
y cuando todo por tu ausencia llora
tu misma, tú, nuestro dolor seranas.
Ceñída ahora del crespón de duelo,
tu augusta faz sobre tu hogar vigila,
haciéndonos llorar nos das consuelo.
Así risueña lámpara tranquila,
al irse el sol y enlutecerse el cielo
mansa la estrella de la tarde oscila.
J.J.C
|