Hay quienes viven de los demás, pero ¿hasta el punto de robarles… sus genes?
Una investigación publicada en el journal BMC Genomics reveló que la planta parásita malasia Rafflesia cantleyi, cuyas flores miden 50 centímetros, se ha robado genes de la planta hospedera Tetrastigma rafflesiae.
El análisis de los genes mostró que sus funciones tienen que ver con la respiración y hasta el metabolismo, e incluso algunos de ellos han remplazado los propios genes de la planta parásita.
La transferencia vertical de genes es la que se da entre padres e hijos, mientras la horizontal es el movimiento de genes entre dos organismos diferentes. Las bacterias, por ejemplo, utilizan la transferencia de genes para intercambiar resistencia a los antibióticos. Y estudios recientes han revelado que las plantas también pueden utilizar la transferencia horizontal, especialmente las plantas parásitas y sus hospederos debido a su conexión física tan íntima.
Rafflesia cantleyi es un holoparásito (depende de su hospedero y solo de él para su supervivencia), que crece en Tetrastigma rafflesiaer, miembro de la familia de las uvas. Científicos de Singapur, Malasia y Estados Unidos investigaron la transferencia entre las dos plantas y al analizar el transcriptoma –los productos transcritos de genes activados- encontraron 49 genes transcritos por la parásita, respondiendo por el 2% de su transcriptoma entero, los que originalmente pertenecían al hospedero. Tres cuartos de esas transcripciones aparecen haber remplazado la propia versión de la planta parásita.
La mayoría de los genes se han integrado en el núcleo del parásito, permitiéndoles a los investigadores hacer su análisis genómico.
En el tiempo, al ADN muta al azar y la investigación de las variaciones genéticas entre los genes de esas transcripciones, entre el parásito y el hospedero, mostró que ha pasado cierto tiempo desde que los genes fueron adquiridos y que fueron adquiridos gradualmente.
Para Charles Davis, del Herbario de Harvard quien participó de la investigación, el elevado grado de transferencia horizontal permite pensar en que existe un beneficio para la planta parásita. “Por ejemplo, puede mejorar su capacidad de extraer nutrientes del hospedero, o ayudarle a evadir las defensas de este, como se ha visto en un patógeno bacterial de los árboles de limón.