Oh Buen
Amor
Oh,
ternura divina siempre en llamas! ¡Oh buen amor, paciente,
generoso! Llegas a mí, brindándome reposo; no me impones tu afán, porque
me amas. ¡Oh ternura divina! De tus ramas presiento el florecer
maravilloso. Tú quieres que yo sea fruto hermoso, cosecha de tu huerto. Me
reclamas. Escucho conmovida la voz tuya. Me llega triste; no le doy
consuelo; rechazo su dolor y su agonía. Perdóname, Señor. Cuando
destruya las ansias que me clavan en el suelo, entonces iré a Ti sin
rebeldía. Ana Ines Bonnin
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