AMAR
LA VIDA
Porque
la muerte está ahí, en cualquier recodo escondida, y no sabemos cuándo ni
dónde, ¡hay que amar la vida!... Era un ser delicadamente angelical, de
ojos azules y melancólica mirada, sonrisa siempre a flor de
labios, corazón noble, alma iluminada. Aceptándolo todo de la vida sin
reprochar nunca nada, poniendo antes un silencio que una palabra
amarga. Pensativo, nostálgico, sereno, quizá soñador, quizá
romántico, idealista en ese mundo extraño que está entre lo real y lo
fantástico. Dicen que los amados de los dioses abandonan pronto la
estancia terrenal, mas pienso que no se lo llevan todo pues dejan al irse
mucho más, Era de esos pocos hombres que tienden la mano al
pasar, prestando apoyo a quien lo necesita, porque aún les importan los
demás. Estoy sola ahora, pensando en él, siento lo poco que lo
conocía, y que no es posible con palabras reconstruir y resumir toda una
vida. Ya no sé si importa algo no es sólo esa sensación de vacío, es,
una vez más, lo cruel e injusto del destino, de que ya se ha perdido. Tan
poco tiempo le fue concedido y sin embargo cuántas cosas bellas, emergen
desde todas partes al recordarle, como en el cielo, cuánto más negro, hay
más estrellas, brillantes para adornarle. Porque la muerte está
aquí, acechando, para llevarse otra vida, y porque su muerte me ha hecho
comprender, por él, ¡yo amaré la vida!.
 |