He cometido el
peor de los pecados
que un hombre
puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren
y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el
juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire,
el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad.
Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje
naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está
a mi lado La sombra de haber sido un desdichado Jorge Luis
Borges
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