La vida está llena de experiencias y vivencias, tanto positivas como negativas.
En nuestro corazón se aloja todo cuanto vivimos con pasión: lo bueno y lo malo.
A veces las cosas malas que nos han pasado ocupan demasiado sitio en
nuestro corazón.
Pero hay esperanza, pues al igual que en nuestros hogares, la limpieza
y el orden es posible, y nuestro corazón también requiere de dicho cuidado.
Si aprendemos a desechar lo malo podremos disfrutar al fin de cada día
que vivimos…
Hoy empecé limpiando mis papeles y notas, tirando las cosas que no me
sirven pero que guardaba quién sabe porqué, cosas de las que me costaba
deshacerme pese aparentemente no me aportaban nada.
Finalmente me animé a tirarlas y pensando en ello me di cuenta que
con nuestra mente y corazón nos ocurre lo mismo:
Siempre estamos guardando muchas cosas en nuestro corazón,
cosas como el daño que una vez nos hicieron, las veces que tuvimos
que recoger los pedazos de nuestro corazón, motivos de lágrimas que
mojaron nuestra almohada, noches de insomnio por no poder resolver
tareas pendientes, y todo malos sentimientos que guardamos dentro
de nosotras mismas…
A lo largo de la vida acumulamos innumerables cosas innecesarias
o que incluso llegan a sernos perjudiciales, cosas que no nos dejan
ver la luz. Nuestra vida podría llegar a ser mejor si sacamos
de ella esas cosas que acumulamos y sólo estorban.
Nuestro cuerpo es como nuestra casa, si la mantenemos en orden,
incluyendo nuestros sentimientos, siempre quedará más espacio
para llenarlo con lo mejor de nosotras, la amistad, la comprensión,
paz, amor, y buenas intenciones.
Sólo así lograremos un perfecto equilibrio en nuestra vida.