Cuando todo parezca
derrumbarse cuando los días pierdan su color y las cosas no tengan más
sabor que el sabor de la miel amarga y agria... Cuando parezca que ya
nunca amanece. Y aparente la luna no existir y las estrellas ya no tengan
brillo y tengas ganas de desistir... ¡No claudiques tu lucha! Levántate
con ánimo y aférrate a la vida; que la vida te ofrece una mano con
fuerzas que habrá de sostenerte de hacerlo por ti mismo... hasta que seas
capaz ¡No claudiques! Que aunque las nubes tapen el sol por la
tormenta, más allá de las nubes aún el sol está, esperando que sople la
brisa de esperanza que moverá las nubes para Él poder brillar. ¡No
claudiques, que Dios está contigo... y yo también!!