que cosecharemos? Sus gotas, aunque parezcan
simples, aunque las percibas insignificantes o débiles,
hacen la diferencia. Son como semillas crísticas
que aportan transformación. Irradia luz. Ayudan a
que el futuro no se manifieste de manera desalmada.
Fluir con esta corriente, que conduce al océano de
la existencia, entraña desafíos que nos permiten crecer
y nos impulsan a continuar evolucionando. Implica
aventurarse en terrenos desconocidos. El río nos
invita a desaprender para seguir aprendiendo,
porque sólo lo que se vacía puede volver a llenarse.
Sus piedras no son dificultades, sino oportunidades
disfrazadas que nos ayudan a elevar.
¿Comprendes lo que te estoy diciendo o simplemente
piensas que se trata de palabras armónicamente
entrelazadas para que puedan sonar bien? Sabes
que las casualidades no existen. Si estas leyendo esta
nota es porque tu espíritu necesitaba recordar.
No permitas que estas frases queden sólo en el plano
mental. Tírate al agua. Arriésgate. Cuando se sumerja
en este río de conciencia verá cómo las vivencias se
transforman en maestras multidimensionales que
te ayudarán a experimentar una realidad que
transformará tu vida.
Existen innumerables formas de contribuir a que
este incipiente caudal se torne aún más cristalino.
Si nos animamos a reconocer nuestro lado más
oscuro, si trascendemos nuestras limitaciones y
transmutamos los miedos que nos mantienen
cautivos ya estamos ayudando. Lo mismo si ponemos
conciencia en cada uno de nuestros actos y desplegamos,
sin reservas, nuestro potencial para materializar una
realidad que esté acorde con lo más puro de nuestro ser.
¿Por qué te preocupas tanto? Hagas lo que hagas, los
demás siempre hablarán. Recuerda que a este mundo
vinistes solo y te iras del mismo modo. Absolutamente
solo. Rompe la careta social, tírala. Deja que tu ser
interno lo guíe y lo instruya. Escucha la voz que
emana desde el centro de tu pecho. Sigue tus
consejos, son inmaculados. No importa que algunas
personas se rían en tu cara y te desacrediten.
Muchos disfrazan de ese modo el temor que les
provoca el cambio. No saben lo que hacen. El tiempo
les mostrará quién terminó riendo último.
Vamos... Anímate. Juega. Salta. Disfruta. Recupera
tu inocencia. Mira a la vida con ojos nuevos.
Explora tu interior. Conocete. Restablece tu vínculo
con la naturaleza. Aliviana tu mochila. Expande su
divinidad. Despierta. Redescubre su magia interna.
Equilibrate. Ayudate a cambiar. Permítete soñar.
Sacude el polvo a tus talentos. Multiplica tus dones.
Respeta tu sentir. Empieza a sanar. Vive!!.
No te distraigas. Presta atención. Siente cómo el río
de la conciencia late con cada pensamiento de luz
que recorre tu cuerpo. El agua renueva y purifica.
Inhala su perfume, es pulsión de vida. Observa con
el corazón y comprobaras que no existen las divisiones.
El río se compone de millones y millones de gotas
que danzan en la unidad, más allá de todo ego.
Transforma tu desierto. No dejes que tus gotas se
esfumen bajo el sol abrasador de la indiferencia y
el desgano. Viértelas en el río de la existencia.
Cierra tus ojos y facilita que el murmullo de las aguas
guíe tus pasos. Descubre que nunca puedes encontrar
afuera lo que siempre estuvo dentro. Sí, ya lo
sabía, es cierto. Simplemente lo había olvidado.
El río está en tu interior.
Permite que el agua corra. Derrumba sus compuertas.
No temas. Abre tu corazón de par en par. Deja que
el agua penetre y lave tus heridas.
Renace. La existencia, agradecida: una gota más