
Nunca pienses que tú
estás dando más de lo que recibes. Quien consuela un corazón triste, en realidad recibe mucho más de lo que da. Cada día, al despertar, haz afirmaciones positivas de alegría y de victoria, procurando construir en torno tuyo un ambiente de serenidad y de armonía. Aprende a sonreír de corazón a todos: parientes, amigos,conocidos, de tal forma que baste tu presencia para que la alegría penetre en el corazón de los que lo tienen abierto. Y verificarás la felicidad que esto te causará No conviertas tus oraciones en una petición insistente. "Nuestro Padre sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos". Cuando pides algo para ti, piensa también en los otros, en todos los que están en las mismas condiciones. En los momentos de oración evita el egoísmo. La oración es el mejor momento para demostrar nuestro amor. Y pidiendo por todos con amor, seremos los primeros en recibir los beneficios. Quien enciende una luz, es el primero en iluminarse. ( C.Torres Pastorino)

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