Los que están obligados a ausentarse de sus casas y tienen mujeres sospechosas podrán, por seguridad, practicar lo siguiente: Tomar unos pocos cabellos de la mujer y cortarlos menudos como el polvo. Después untar el pene con un poco de miel y poner los polvos encima, acto seguido hacer el amor con la mujer y despues ella sentira una gran aversión a este recreo. Si el marido quiere que vuelva de este aborrecimiento, que tome de sus propios cabellos y que los corte tan menudos como el polvo, despues que unte su pene con trementina de Venecia y que lo cubra con el polvo de sus pelos, y despues hacer el amor con la mujer.