LOS ROSACRUCES
La tradición ocultista remonta el origen de los Rosacruces a las antiguas Escuelas de los Misterios de Egipto, las cuales datan del año 1,500 A.C., estas Escuelas aunque organizadas bajo el reinado de Tutmes III, alcanzaron su máximo esplendor en el 1,350 A.C. en el reinado del Faraón Amenophis IV,
quien abolió las religiones politeístas de su tiempo, reemplazándolas por la primera doctrina monoteísta del mundo cuyo Dios era representado materialmente por el Sol o Atón, dicho Faraón cambió su nombre por el de Akenatón que significaba "piadoso con Atón" o "gloria a Atón".
Según parece, la orden se expandió a Grecia donde Pitágoras fue uno de sus primeros Mesías, quien luego de pasar por todas las Iniciaciones y exámenes logró el grado de Illluminati y de ahí paso a Roma donde fundó una Gran Logia que llegó a contar con 300 hermanos y hermanas, expidiendo posteriormente varias Cartas Constitutivas para el establecimiento de logias locales en toda Italia.
Entre los principales pensadores de la antigüedad que recibieron la enseñanza secreta se pueden citar a Anaximandro de Mileto, Solón, Anaxímenes, Heráclito, Parmenides, Sócrates, Demócrito, Euclides, Platón, Aristóteles, Cicerón y Séneca..
El Imperio Francés fue el primero en acoger a la Orden Rosacruz en los primeros tiempos de la era Cristiana; Carlomagno no llegó a ser Maestro, pero permitió que se estableciera una logia en las inmediaciones de la antigua Tolosa. Parte del Altar de esta primitiva logia de Francia se conserva gracias a los cuidados que los Archiveros de la Orden tenía en ese país el año 1909, aunque está muy deteriorado a causa de los grandes ajetreos sufridos durante las guerras religiosas de Provenza.
El filósofo Arnaud fue el primer Maestro de dicha logia en el año 804 D.C. y Frees fue el primer Gan Maestro de Francia cuyo mandato duró desde el año 883 al 889, recibiendo el año 898 un año antes de morir, la autorización para establecer otras logias en Francia e inmediatamente se fundó la segunda en Lyon la cual fue muy floreciente.
Mientras la Orden se propagaba en Francia, por ella se interesaron algunos monjes de los varios Monasterios y conviene consignar que estos Católicos Romanos sinceros, prestaron un excelente servicio a la santificación de la Orden con hermosos principios morales y espirituales.
La Orden se difundió por Alemania poco después de establecida la Gran Logia en Francia. Carlomagno fue el primero en introducirla pero no vivió bastante para ver el fruto de su obra, creándose en el año 1100 en Worms una logia que llegó a ser posteriormente Gran Logia. Durante el siglo XII, creció rápidamente la Orden en Alemania, contando con mayor número de miembros que en Francia y Egipto, donde continuaba la Sede Central con relativamente pocos miembros.
En este punto conviene aludir a una de las más misteriosas y enigmáticas leyes de la Organización, cuyo origen se pierde en las tradiciones, cual es la periodicidad de 108 años de actividad externa de la Orden y 108 años siguientes de oculta y silente actividad. Cada período de renacimiento es como una nueva Orden que nace sin conexión alguna con los ciclos precedentes.
Durante los 108 años de inactividad, los miembros de las ramas y de la jerarquía, no cesan en sus actividades individuales, iniciando a personas de su familia y preparándose los años inmediatos al nuevo nacimiento de la Orden para ponerse en contacto con una activa rama en otros países y anunciar al mismo tiempo en el suyo, el comienzo de un nuevo Ciclo.
En la mayoría de países europeos, no coincidían los períodos. Así vemos que mientras en Alemania estaba en pleno período de inactividad externa, en Francia y Holanda la Orden estaba muy activa y en cambio estaba la Orden inactiva en Francia cuando renacía en Alemania y culminaba su actividad en Inglaterra.
Cuando en cada país se acercaba el renacimiento, se acostumbraba publicar un manifiesto o folleto en el que se informaba que se establecía un nuevo Ciclo; en los tiempos anteriores a la imprenta, el manifiesto consistía en un pregón público anunciando simbólicamente la apertura de una "tumba" en la que se había encontrado un "cuerpo de un Maestro" reconocido por las iniciales C.R-C junto con raras joyas y secretos escritos que confiaban a sus descubridores el poder de restaurar la secreta Organización.
Muchos aún creen que dichas iniciales significan Christian Rosenkreutz, un mítico personaje que según algunos autores nació en 1378, creciendo en un Monasterio donde había sido internado para cursar sus primeros estudios secundarios de Teología, pero dado su carácter rebelde fue expulsado de dicho Monasterio, dedicándose a viajar por Oriente y Norte de África, relacionándose con los más importantes magos hermetístas y ocultistas de la época.
Este viaje que inicio como una aventura, le permitió descubrir por Arabia, los misterios de las ciencias herméticas, llegando a conocer los secretos de los sacerdotes del antiguo Egipto y los Arcanos de Hermes Trismegisto (El 3 veces grande). Según las mismas fuentes, Rosenkreutz falleció a los 108 años; su tumba fue encontrada en 1604, en el fondo de una gruta donde había vivido hasta los últimos días de su vida. Sobre la lápida que guardaba sus restos mortales podía leerse la siguiente inscripción: "Abrirán mi tumba cuando transcurran 120 años".
Dentro del recinto había una cripta hexagonal con un Altar en el centro y debajo de él, apartando una pesada losa de granito, la gruta de la que hablábamos, donde se encontró el cuerpo de Rosenkreutz "entero y sin consumir", es decir, incorrupto. También existía en dicha cripta un armario de espejos que poseían diversas virtudes y un pergamino titulado Libro T descrito como el mayor tesoro después de la Biblia. Junto al ataúd fueron hallados, en forma de manuscritos, todos los conocimientos secretos que el Fundador de la Orden había acumulado a lo largo de su vida y que legaba a la Humanidad. Dejaba normas para la creación de una Sociedad Ocultista con la cual reformar el mundo y llevar a los hombres por el camino de la sabiduría.
Todo esto queda en el terreno de la tradición, pero los actuales Rosacruces consideran, que el descubrimiento de un "cuerpo" en la "tumba" de un personaje cuyas iniciales eran C.R-C es pura alegoría y no debe tomarse en forma literal. Igualmente sostienen que esa iniciales no significan Christian Rosenkreutz como se tradujeron al idioma Alemán, sino que su significado es "Cristo de la Rosa Cruz" lo que puede traducirse a casi todos los idiomas sin alterar sus iniciales.
Nos dice la historia, que cuando llegó la hora del renacimiento de la Orden en Alemania, se le dio al incidente de la "apertura de la tumba" simbólica, mucho más publicidad que la que hasta entonces se le había dado en otros países. Provino esto, de la invención de la imprenta, que hizo posible la publicación de manifiestos redactados en 5 idiomas diferentes y distribuirlos en varios países. El reavivamiento en Alemania fue saludado con la repentina y misteriosa aparición de un libro llamado "La Fama" y la publicación posterior del manifiesto "La Fama Fraternitatis" que debió aparecer durante los años 1610 al 1616 y como es costumbre en toda obra rosacruz, el autor se escondió bajo el seudónimo de Christian Rosenkreutz en los folletos alemanes y con seudónimos análogos en el idioma de las ediciones extranjeras.
Los folletos se distribuyeron entre las personas cultas del mundo entero, especialmente entre las de Europa y es dudoso que alguna de ellas creyera en la autenticidad de Christian Rosenkreutz. En 1693 los Rosacruces europeos concibieron el plan de enviar a las posesiones Inglesas de América una expedición de miembros muy expertos, para establecer y difundir los conocimientos de la Orden. Este plan tuvo su génesis en el libro "La Nueva Atlántida" escrito por Sir Francis Bacon Imperator de la Orden en Europa.
En 1964 los expedicionarios en el buque Sarah Maria, bajo el mando del Gran Maestro Kelpius relacionado con la Logia Jacobo Boheme de Europa y otros Altos Oficiales de la Gran Logia de Heidelberg llegaron a donde hoy se asienta la ciudad de Filadelfia y posteriormente emigraron hacia el oeste de Pensilvania. Entre los miembros que ingresaron a la primera rama de Filadelfia aparece la nómina de los patriotas o caudillos de América del Norte, entre ellos Benjamín Franklin y Thomas Jefferson.