Espíritus del vudú reinan en Haití
Muchos creen que Aristide posee poderes invisibles que lo ayudarán a volver del exilio
Agachado en una habitación oscura mientras su sombra se proyecta sobre una pared color sangre bajo la tenue luz de una vela, La Vie Bon, sacerdote del vudú, practica un conjuro para atraer a los espíritus de Haití. De pronto, la figura de aspecto diabólico se queda en silencio, la vela se apaga y el olor a humedad se apodera del ambiente. El cuerpo del sacerdote comienza a estremecerse y a moverse espasmódicamente, describió Reuters. El espíritu vudú Baron Criminel se despertó. "Usted no está a salvo", anuncia la voz con un tono alto y áspero. Entre paroxismos, el sacerdote toma un trago de una botella de ron, mientras una túnica de seda roja, cadenas de oro y anteojos de sol brillan en la oscuridad. Se enciende una nueva vela. "Necesita algo que lo proteja", añade. Luego, el sacerdote gira abruptamente, agarra con fuerza al devoto y comienza a temblar. Resopla en forma violenta y escupe algo que parece sangre en sus brazos. Ceremonias con estas características son frecuentes en el empobrecido país, que aún sufre las heridas de una sangrienta revuelta que en febrero depuso al presidente Jean Bertrand Aristide. Los expertos estiman que más de la mitad de los ocho millones de habitantes practican ritos vudú, una mezcla de religiones de Africa Occidental que llegó a Haití con los esclavos y se combinó con tradiciones tribales indígenas. Una combinación de espíritus, rituales, sacrificios de animales y canciones, el vudú es un estilo de vida en Haití. Los santos católicos forman parte de la iconografía de los templos vudú, una herencia de los tiempos de la esclavitud, cuando las imágenes eran pintadas en lugares sagrados. Muchos tienen sus deidades paralelas en el vudú. ¿Quiere enriquecerse rápidamente? ¿Asegurar que un contrato sea respetado? ¿Sacar del camino a un rival en el amor? Un panteón de 401 espíritus de "Lwa" posee una respuesta, a cambio de un pago. El rito vudú está fuertemente arraigado y fue prohibido en varias ocasiones a lo largo de la turbulenta historia haitiana. Un sacerdote vudú lideró el primer gran levantamiento esclavo contra Francia, la metrópoli colonial, a fines del siglo XVIII . Muchos creen que Aristide posee poderes del vudú que lo protegieron de las balas, pero que cayó en desgracia tras ser abandonado por los espíritus. Incluso ahora, sus partidarios confían en que usará poderes invisibles para regresar al país de su exilio. Los espíritus piden frecuentemente que pollos y otros animales sean sacrificados, y que sus gargantas sean abiertas para que brote sangre y así hacer cumplir los deseos. El mundo de los espíritus es venerado en todo Haití. Cada primavera, grandes multitudes colman las calles para participar en el festival vudú Rara, en el que se baila música vudú, una combinación de sonidos, de metales como los usados en el jazz y percusión similar a la de la samba. "Yo creo en el vudú. Creo en los espíritus. Ellos me protegen", dijo la vendedora Jeannette Jeodone, mientras bailaba en una serpenteante procesión a la luz de la Luna cerca de Puerto Príncipe, con sus mercancías sobre su cabeza. Pero muchos temen al lado oscuro de esta práctica y abundan las historias de personas convertidas en zombies por sacerdotes, lo que es considerado como el peor castigo. Según la tradición vudú, el alma de una persona vive en un mundo subterráneo acuoso con el Príncipe de la Muerte antes de reencarnarse en un nuevo cuerpo. En cambio, el zombie queda atrapado en el éter por una maldición y no puede pasar a un otro cuerpo. Fuente: Reuters; Reproducido en El Universal de Venezuela (edición online)